Vuelvo a casa
Esta noche duermo ya en casa... de mis padres. Es el último paso para acabar de aceptar que el verano ha acabado. Las vacaciones ya lo habían hecho hace dos semanas y la odiada vuelta al trabajo queda ya en el recuerdo, pero el seguir durmiendo en casa de Rose parece que le daba una salsita diferente a todo esto. Parece como que el día a día no era la misma rutina y la novedad de vivir en pareja y despertar a su lado cada mañana refrescaba el resto día de una forma increible. ¿Es pues el verano, como muchos piensan, un estado de ánimo?
Hay muchísimas cosas que hacer fuera del verano y el mundo no se acaba en Septiembre, pero no puedo evitar mirar hacia Junio con cierta morriña y melancolía.
Ahora llegarán el frío, la bufanda y el paraguas y con ellos la navidad y el 2006. Luego el ski y todos miraremos al cielo esperando poder ver a Barcelona blanca de nuevo. Los catarros darán paso a las alergias y a las nuevas flores de la primavera. Y ya en semana santa todos estaremos mirando de nuevo al mes de Junio. Pero cada estación, cada mes, cada día tendrán su encanto y estoy seguro de que antes de que llegue el próximo verano, muchas cosas habrán cambiado en mi vida. Pero eso... eso serán otros posts.
Hasta el año que viene señor Verano!!
1 Comments:
Cuando estamos en verano, queremos que llegue el invierno porque el ser humano necesita hacer algo, sentirse útil, una cierta dosis de rutina... Sinembargo cuando llega el invierno no podemos evitar pensar en el verano con cierta melancolía y recordar la libertad de no hacer nada...
Conclusión1: nunca estamos contentos con lo que tenemos!
Conclusión2: tanta dosis de libertad/vaguería llegaría a aburrir
Soy consciente de que la conclu 2 puede ser polémica, así que mojaos un poquito!
martita piso
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