Carola
Pisó el acelerador a fondo y el motor V6 de su Mustang negro aulló rompiendo la soledad de la noche. Eran las 4.20 de la mañana y la avenida estaba desierta. Cuanto más se acercaba a su destino, más confundida estaba y más preguntas le arrollaban en su cabeza. Muchos ‘por qué’ sin respuesta y mucho tiempo de soledad.
Raquel soltó la mano de la palanca de cambios y se llevó un cigarrillo a la boca. La mano estaba entumecida de tanto apretar la palanca y temblaba al intentar encender el mechero. Se concentró en la carretera y echó un furtivo vistazo al velocímetro: 150 Km/h y le pareció que podía correr más.
Su nerviosismo se remontaba a hace un par de horas y a un mensaje que había recibido en su móvil: “Mensaje para Raquel: necesito verte”. El mensaje acababa con una dirección situada en las afueras de la ciudad. Al leerlo, tuvo que leer el remitente tres veces para acabar de creérselo: Carola. Hacía más de tres años que Carola había desaparecido del mapa y el mensaje le sonaba a broma. A broma macabra.
Se pasó el resto del trayecto más inmersa en sus recuerdos que en la carretera. Raquel y Carola habían sido amantes años atrás. La cosa nunca había funcionado dado que Carola estaba casada, pero ya habían planeado la cita de su huida. Cita a la que nunca acudió, llevándose todo el dinero del último atraco.
El motor del coche rugía cada vez más. Parecía tener vida propia y notar que se acercaban al punto de encuentro. Esta vez Carola no escaparía… un desert eagle con el cargador lleno de muerte esperaba tranquilo en la guantera del coche.
Raquel soltó la mano de la palanca de cambios y se llevó un cigarrillo a la boca. La mano estaba entumecida de tanto apretar la palanca y temblaba al intentar encender el mechero. Se concentró en la carretera y echó un furtivo vistazo al velocímetro: 150 Km/h y le pareció que podía correr más.
Su nerviosismo se remontaba a hace un par de horas y a un mensaje que había recibido en su móvil: “Mensaje para Raquel: necesito verte”. El mensaje acababa con una dirección situada en las afueras de la ciudad. Al leerlo, tuvo que leer el remitente tres veces para acabar de creérselo: Carola. Hacía más de tres años que Carola había desaparecido del mapa y el mensaje le sonaba a broma. A broma macabra.
Se pasó el resto del trayecto más inmersa en sus recuerdos que en la carretera. Raquel y Carola habían sido amantes años atrás. La cosa nunca había funcionado dado que Carola estaba casada, pero ya habían planeado la cita de su huida. Cita a la que nunca acudió, llevándose todo el dinero del último atraco.
El motor del coche rugía cada vez más. Parecía tener vida propia y notar que se acercaban al punto de encuentro. Esta vez Carola no escaparía… un desert eagle con el cargador lleno de muerte esperaba tranquilo en la guantera del coche.
11 Comments:
miedo me da ese desert eagle...
tus relatos son geniales, este ultimo me ha enganchado a la primera ¿lo terminaras? o ¿tendre que hacerlo yo en mi imaginación? saludos
Quiero más, quiero más, más, más (uy! parece que esto sea sacado de mi blog..jejeje)
No en serio, que como dice puck, esto engancha, nos vas a contar el final?
Hola Puck!! Pues no lo se, de verdad... no se como terminará (si lo hace...). Todo dependera de la aceptación que tenga.
Lo que es seguro es que pronto postearé la continuación de "Ella la estrella".
Un beso y gracias por pasarte por aquí =)
Podría continuar así...
...Noche de halloween. 2005. Pero esta vez no se disfrazó de Pipi Calzaslargas. En la mesa un cacique-cola light, en el escenario un tipo tocando bod dylan y cat stevens... El día había empezado con buena música, un largo viaje en coche. Strokes, the Cure, White Stripes... Pero merecía la pena estar alli y acabar con buena música. Sólo faltaba una conversación agradable. Cogió el teléfono, volvió a dudar por enésima vez y redactó: "mensaje para Raquel: estoy en balmes. Vienes a tomar una copa?" ...
Y ahora no sé si continuar con que Raquel estaba fuera de la ciudad, o que aceptó la invitación...
Saludos
Qué relato más bueno! Me ha encantado.
Ey! Me suena a Sin City, no se por que, pero supongo que cada uno lo ambienta a su marena...Mola, espero que lo continues. A ver si la desert eagle acaba con la vida de alguien...
Un abrazo, me encanta leer aquí.
P.D. Espero que tengais la entrada de F.F. :D
sí, continúa, a mi también me ha gustado mucho.
¡¡Pues claro que has de seguir!!
No puedes dejarme así, con el corazón en un puño esperando ese ansiado encuentro y su ¿fatal? desenlace.
No nos puedes dejar con esta intriga.
Voy a comentar antes de leer la segunda parte... Me siento en una versión de Kill Bill española, veamos como acaba todo esto.
;-)
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