William IV: "Juego de William"
Quedé con el poli en el descampado donde me reencontré con Raquel. En el fondo soy una jodida romanticona. El plan me había salido a la perfección. Tenía cogido por los huevos a ese endeble policía y estaba a punto de eliminar la única prueba que me ligaba al asesinato de Marcelo. Me había comportado como una novata cometiendo la torpeza de dejarme la cinta de seguridad pero estaba a punto de arreglarlo.
William llegó cinco minutos tarde en su viejo coche. Después de que pegáramos el polvo en mi casa hice que fuera a buscar la cinta a su despacho y que viniera aquí. Esas cintas encriptadas son imposibles de copiar pero no quería darle tiempo para pensar.
- Aquí está la cinta – dijo al llegar. Qué maleducado… habíamos follado hacía unas horas y no me daba un besito como saludo.
- Aquí está la mía. Vamos a quemarlas.
Saqué del maletero de mi coche una botella de alcohol y la vacié sobre las dos cintas que habíamos tirado al suelo. Encendí una cerilla, un par de cigarrillos y tiré la cerilla al suelo. Las cintas prendieron rápido.
- Esas cintas de seguridad no se pueden copiar, ¿verdad? – dije a William pasándole uno de los pitillos.
- Espero que estés jugando limpio Carola – respondió frunciendo el ceño.
- Sí. Tranquilo. Es un juego… muy divertido. ¿Corre mucho tu coche?
- Es un coche viejo, ¿por qué?
- Porque creo que no lo vas a conseguir. – Se me escapó una risotada y empecé a subir a mi coche.
- ¡¿Conseguir el qué, maldita puta?!
- He enviado a dos mensajeros con una copia de la cinta de tu “violación”. Uno se dirige a tu casa. El otro a la comisaría. Tú eliges…
Ya no podía aguantar la risa por más tiempo y la carcajada resonó en el interior del coche. Metí la primera y pise a fondo el acelerador dejando atrás una nube de polvo que envolvió al poli. Había salido perfecto. Ahora solo deseaba llegar a casa y darme un relajante baño de espuma.
William llegó cinco minutos tarde en su viejo coche. Después de que pegáramos el polvo en mi casa hice que fuera a buscar la cinta a su despacho y que viniera aquí. Esas cintas encriptadas son imposibles de copiar pero no quería darle tiempo para pensar.
- Aquí está la cinta – dijo al llegar. Qué maleducado… habíamos follado hacía unas horas y no me daba un besito como saludo.
- Aquí está la mía. Vamos a quemarlas.
Saqué del maletero de mi coche una botella de alcohol y la vacié sobre las dos cintas que habíamos tirado al suelo. Encendí una cerilla, un par de cigarrillos y tiré la cerilla al suelo. Las cintas prendieron rápido.
- Esas cintas de seguridad no se pueden copiar, ¿verdad? – dije a William pasándole uno de los pitillos.
- Espero que estés jugando limpio Carola – respondió frunciendo el ceño.
- Sí. Tranquilo. Es un juego… muy divertido. ¿Corre mucho tu coche?
- Es un coche viejo, ¿por qué?
- Porque creo que no lo vas a conseguir. – Se me escapó una risotada y empecé a subir a mi coche.
- ¡¿Conseguir el qué, maldita puta?!
- He enviado a dos mensajeros con una copia de la cinta de tu “violación”. Uno se dirige a tu casa. El otro a la comisaría. Tú eliges…
Ya no podía aguantar la risa por más tiempo y la carcajada resonó en el interior del coche. Metí la primera y pise a fondo el acelerador dejando atrás una nube de polvo que envolvió al poli. Había salido perfecto. Ahora solo deseaba llegar a casa y darme un relajante baño de espuma.
***
Aquella hija de puta me la había jugado. Allí estaba yo, junto a las últimas llamas que desprendían las dos cintas de video en un descampado en las afueras de la ciudad. Y había dos mensajeros en camino a mi destrucción. Quizás podría detener a uno de los dos, pero fuera quien fuera yo ya estaba perdido. Si detenía el que se dirigía a casa, acabaría en la cárcel y Aurora se acabaría enterando. Si detenía al que se dirigía a la comisaría, Aurora… no podía imaginar la reacción de Aurora.
Fuera lo que fuera estaba perdido. Todos aquellos años de esfuerzo para salir de la absoluta miseria mental en que me había metido. Todas aquellas ilusiones y planes que me apartaban de mi suicidio se habían ido a la mierda.
Mi mano descansaba sobre la cartuchera de cuero en mi cinturón. Sí, esa era la salida. La única salida. No podía pasar por todo aquello: proceso de divorcio y de encarcelamiento, expulsado del cuerpo de policía, repudiado por la sociedad… Mi vida había acabado en el momento en que entré en casa de Carola. No tenía sentido alargar todo aquello…
Metí el cañón en mi boca y apreté el gatillo.
FIN
Fuera lo que fuera estaba perdido. Todos aquellos años de esfuerzo para salir de la absoluta miseria mental en que me había metido. Todas aquellas ilusiones y planes que me apartaban de mi suicidio se habían ido a la mierda.
Mi mano descansaba sobre la cartuchera de cuero en mi cinturón. Sí, esa era la salida. La única salida. No podía pasar por todo aquello: proceso de divorcio y de encarcelamiento, expulsado del cuerpo de policía, repudiado por la sociedad… Mi vida había acabado en el momento en que entré en casa de Carola. No tenía sentido alargar todo aquello…
Metí el cañón en mi boca y apreté el gatillo.
FIN
Aquí llega el final de la historia de William. A muchos no os habrá gustado este final... a otros os habrá encantado y sorprendido. Pero seguro que todos tenéis vuestro propio final en la cabeza...A los que habéis seguido las series de Carola y William, os reto a reescribir este último capítulo en vuestros blogs. ¿Como habríais acabado la historia? A ver quien la lía más... Dejad comentarios si habéis seguido la historia para que todos podamos leer vuestros finales alternativos.
14 Comments:
Aquella hija de puta me la había jugado. Allí estaba yo, junto a las últimas llamas que desprendían las dos cintas de video en un descampado en las afueras de la ciudad.
Así que hice lo único que podía hacer. Esa hija de puta no iba a joder a nadie más y yo, a fin de cuentas, ya estaba jodido.
Todo fue sencillo. Un tiro en la nuca mientras sacaba dinero del cajero. A traición. Sin frases para el recuerdo. Y una huida a ninguna parte. Perdido en un mundo que ella me hizo abandonar para siempre. Devorando kilómetros que me alejaban de lo que una vez fui. Con el amargo regusto de la divina justicia pujando por abandonar la boca de mi estómago.
(Es que se lo merecía la muy...)
;-)
Joder Dorian... no esperaba menos de ti ;)
Pobre Carola, pero... ¿realmente le has cogido tanta mania? Pero si es un encanto!!
;)
¡¡Yo estoy con Pow!! ¡¡Yo me la hubiera cargadoooooooo!!
Que las mujeres fatales tengan su encanto no significa que me guste que se salgan con las suya. Yo tenía claro que haría que William se la cargara fijo, y además con gusto.
Y quizá jugar la baza de coger al que iba a la comisaría y después que intentara convencer a su mujer de que todo era un montaje que habían hecho para chantajearle. Si no la convencía del todo, al menos la haría dudar. Y peor de como iban las cosas al principio no creo que se pusieran... ¿No?
Siempre hay que intentarlo antes que rendirse :)
Ishtar... os veo muy "jolibudienses"... ;)
Pienso lo mismo, me la habría cargado pero quizás hubiera buscado una manera más espectacular de hacerla saltar por los aires o yo que sé , aun mas espectacular, o quizás un final romántico pero de peli de cine negro. Unas rosas envenenadas, un perfume corrosivo, un numero sado-maso con final terrible, uhmmmm , con mas tiempo maduraría mas la idea. saludos, espero tu proximo relato, son estupendos
Me voy pitando a clases, cuando llegue prometo leerlo enterito!!
Solo quería darte las gracias por las visitas y por enlazarme a tu blog!
Me paso luego y lo leooooooo
Besitos guapo!!
PD. Sigo contracturada y fatal despues de ir al fisio!
Si ya decía yo que la buena era la segunda opción...jejeje
Bueno está claro que esto no acaba aquí... ¿Nunca sabremos qué pasa con Carola? No sé por qué le ha cogido tanta manía a William si él no le ha hecho nada... Yo que él, huiría para volver dentro de muuucho tiempo con la venganza bien planeadita. Aunque pierda su trabajo y su mujer...
Maybe... quizás William ha quedado en coma?
Besos y saludos a todos.
The Kill Bill sight.
Los años me había convertido en un borracho errante. Un sin casa en busca de un perdón inalcanzable. Desperdicié mi vida en los peores tugurios que encontraba a mi paso, vaciando cada botella de cerveza que se ponía por delante.
En aquello me encontraba cuando la vi de nuevo. Con una mueca sarcástica y el pelo tapándole un agujero en cráneo que no debió ser definitivo. Ella si me regaló una frase para el recuerdo.
Deberías haber rematado la faena, imbécil
Bang!
P.D. ¿Así te gusta más? ;-)
Muy grande Pow...
Es una frase que Carola habría dicho sin duda alguna...
Intentaré darle vueltecillas al coco, y pensar en algún final alternativo. Pero prefiero como lo escribes tú!
¿Qué tal si hay venganza de Aurora, hacía Carola?
La venganza siempre es un plato que se sirve frío, y además, las mujeres podemos ser muy maquiavélicas, no?
A ver si piensas algo...jeje
uff, que la carola esta está loca... Dejad a Aurora tranquila a ver si va a arremeter contra ella también...
Tanto tu final como el de Gray son fantásticos,pero no me gustan los perdedores... algún final se me ocurrirá...
Me ha encantado, he leido por curiosidad William IV y no he podido soportar el no saber como se habia llegado a esa escena...he acabado leyendome todas las Carolas y los William.
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